Buena, bonita y barata es la nueva técnica –así la venden sus creadores- que ha desarrollado una empresa malagueña para mejorar una de las principales demandas de las pacientes de la medicina estética: el rejuvenecimiento facial.
La técnica consiste en tomar células madre del tejido graso de, por ejemplo, el abdomen de la paciente para injertarlas en la zona donde lo requiera. Puede emplearse para rellenar arrugas, cicatrices o para recuperar tejidos perdidos.
Lo revolucionario de la técnica está, sobre todo, en su coste, según explicaron sus desarrolladores. Esta iniciativa abarata la purificación de las células extraídas, un trabajo que hasta ahora era lento y tenía unos costes tan elevados que, para el interesado final, tenían un precio prohibitivo para los interesados.
Al tratarse de un “autoinjerto”, el tratamiento no tiene efectos secundarios ni posibilidad de rechazo por parte del paciente, según ha explicado De Andrés, quien ha indicado, además, que la operación se realiza en menos de una hora.
La empresa desarrolladora se llama Purificell, y es una empresa malagueña que nace en el seno de la Universidad. La rectora, Adelaida de la Calle, ha destacado la importancia de la innovación y de los programas de fomento del emprendimiento en el ámbito de la universidad.
