El presidente del Parlamento, Usama al Nijaifi, ha expresado este viernes su preocupación por el incremento de atentados terroristas ejecutados contra la población civil en el país, al tiempo que ha apuntado que no se han producido mejoras a nivel de seguridad para hacer frente a la situación.
Nijaifi ha apuntado que la cadena de explosiones que sacudió el país durante la jornada del jueves, que dejó 71 muertos y 147 heridos, es una muestra de la decisión de los terroristas de seguir adelante con su "salvaje comportamiento", según ha informado la agencia de noticias iraquí NINA.
Asimismo, ha acusado a las fuerzas de seguridad de no conseguir hacer frente a los ataques y ha dicho que éstos han llegado a un punto que no puede ser desatendido. "Cada vez provocan un mayor derramamiento de sangre de inocentes, sin que se vea una pequeña luz de esperanza de mejora a nivel de seguridad", ha apostillado.
La del jueves fue la peor ola de violencia desde que las tropas estadounidenses se retiraron del país, en diciembre de 2011. El último ataque y el más letal se ha producido al filo de la medianoche del viernes, cuando una bomba ha explotado a la entrada de una cafetería del distrito de Zafraniya, en Bagdad, matando a 27 personas e hiriendo a 30.
De momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría de la cadena de atentados, pero los expertos temen que al término del Ramadán, la próxima semana, la organización terrorista Al Qaeda y otros grupos suníes lleven a cabo una serie de ataques.
La rama local de Al Qaeda, Estado Islámico de Irak, ha anunciado una nueva ofensiva contra objetivos chiíes, con la que pretende resucitar la ola de violencia sectaria que azotó al país entre 2006 y 2007, la peor desde la caída del régimen de Sadam Hussein, en 2003.