En sus conclusiones provisionales, el Ministerio Público relata que el 28 de marzo de 2005 la víctima ingresó en el hospital comarcal de Móra d’Ebre con varias afecciones y que fue empeorando hasta que su estado fue “muy grave” e irreversible.
El fiscal señala en su escrito que la madrugada siguiente, el acusado aprovechó el estado de inconsciencia de la paciente, una mujer de 82 años, para suministrarle por vía intravenosa 60 miligramos de cloruro potásico, una sustancia que puede ser letal y provocar la muerte instantánea.
Aunque los familiares de la víctima nunca autorizaron el suministro de dicha sustancia, tras el suceso decidieron no emprender acciones legales contra el médico.
Sin embargo, el centro hospitalario puso en conocimiento de las autoridades judiciales este presunto caso de eutanasia y decidió despedir al facultativo.