La organización islamista Hermanos Musulmanes está considerando la opción de reconocer las demandas de las protestas celebradas en el país el 30 de junio, que llevaron días después al derrocamiento del expresidente Mohamed Mursi a través de un golpe de Estado militar, y de pedir perdón por los errores del exmandatario.
Esta posibilidad está siendo debatida por la formación como parte de los intentos por alcanzar la reconciliación nacional con las nuevas autoridades, según ha informado el diario egipcio 'Al Masry al Youm'.
El líder de la Oficina de Guía de Hermanos Musulmanes y exministro de Desarrollo Local Mohamed Alí Beshr ha rechazado detallar la iniciativa argumentando que podría minar los esfuerzos que se están llevando a cabo.
Por su parte, el líder de la Alianza Nacional en Apoyo a la Legitimidad, encabezada por Hermanos Musulmanes, Magdi Salem, ha especificado que la iniciativa ha sido propuesta por figuras independientes.
En este sentido, ha detallado que la misma ha sido alabada por todas las partes, ya que dichas figuras son "de confianza, patriotas y honestas", al tiempo que ha apuntado que hay altos cargos de las Fuerzas Armadas entre ellas.
Salem ha valorado además que poner fin al derramamiento de sangre es uno de los requisitos para completar la iniciativa y desconvocar las manifestaciones en apoyo a Mursi. Tras ello, se firmaría un acuerdo sobre los pasos a dar para poner fin a la crisis política.
Hermanos Musulmanes y sus aliados han acusado a las nuevas autoridades de acceder al poder a través de un golpe de Estado militar y de lanzar una campaña de represión contra los movimientos islamistas. Varios centenares de miembros de estos grupos, entre ellos varios altos cargos de Hermanos Musulmanes y el propio Mursi, han sido arrestados en las últimas semanas.
Entre las medidas más criticadas adoptadas por el nuevo Gobierno está el restablecimiento por parte del Ministerio del Interior de las funciones de lucha contra el extremismo y control de las actividades políticas y religiosas, suspendidas tras la revuelta que puso fin en 2011 al Gobierno del expresidente Hosni Mubarak.
Además, han criticado duramente al Gobierno y al Ejército por el desalojo forzoso de las acampadas protagonizadas por seguidores de Mursi, que se saldó con la muerte de alrededor de 600 personas, según el balance oficial. Sin embargo, Hermanos Musulmanes elevó el número de muertos a 4.500.
Las autoridades han cifrado en alrededor de 850 el número de fallecidos a consecuencia de la oleada de violencia desatada en el país a consecuencia del asalto militar a las acampadas, mientras que diversas ONG internacionales han acusado al Ejército de hacer un uso excesivo e injustificado de la fuerza.