Cuatro jóvenes murieron en la mañana de ayer y otro resultó con heridas graves al caer su coche por un desnivel de unos 20 metros, tras lo que se empotró contra un árbol, un suceso que ha conmocionado a la localidad lucense de Friol, donde nacieron los cinco. 

El suceso se produjo en el municipio coruñés de Toques, cuando el coche BMW en que viajaban se salió de la calzada por la derecha en una cuerva hacia la izquierda, cayó por un desnivel y chocó contra un árbol de grandes dimensiones. 

A la llegada de los bomberos de Arzúa al lugar del accidente, el conductor, que ha sido ingresado en la UCI del Hospital Clínico de Santiago, estaba fuera del vehículo, mientras que sus acompañantes, que fallecieron, tuvieron que ser excarcelados de entre los amasijos de hierros en que quedó convertido el vehículo. 

A excepción del ocupante que estaba situado en el centro del asiento de atrás, los demás llevaban puesto el cinturón de seguridad. 

Los fallecidos, con edades entre 25 y 30 años, son José Ramón S.L., José Manuel R.B., José Ángel S.L. y Javier D.A., mientras el conductor es J.A.A., de 29 años, se encuentra herido grave ingresado en el Clínico de Santiago. 

Las causas del siniestro todavía están siendo investigadas por la Guardia Civil de Tráfico, si bien todo parece indicar, apuntaron los bomberos, que la excesiva velocidad tuvo mucho que ver en el accidente. 

Los jóvenes habían salido la pasada noche por Melide y se dirigían a sus lugares de residencia en Friol. En el lugar del accidente, As Brañas, una zona de curvas limitadas a 80 kilómetros por hora, el conductor perdió el control del turismo, se salió por el margen derecho de la carretera, cayó por un desnivel de 20 metros y finalmente chocó contra un árbol de grandes dimensiones.

Fuentes de la Delegación del Gobierno han asegurado que se va a reconstruir el accidente por un equipo de la Guardia Civil de Tráfico de Madrid especializado en este tipo de siniestros. Las fuentes también apuntaron que se hará un análisis de sangre al conductor, para incorporar a las diligencias abiertas tras el siniestro.

La capilla ardiente de los cuatro fallecidos quedó instalada ayer por la tarde en el pabellón polideportivo de Friol, el mismo que acogió las honras fúnebres de la primera soldado española, Idioa Rodríguez, muerta en una misión militar.

El alcalde de Friol, Antonio Muiña, además, convocó un pleno municipal para decretar el luto del municipio por el accidente en que fallecieron cuatro de sus vecinos.