Para que todos los informadores puedan seguir las intervenciones, se ha habilitado la sala que normalmente se utiliza para dar ruedas de prensa y se ha colocado una televisión.
En cambio, se ha limitado, como es habitual en estos acontecimientos, el acceso de periodistas a la tribuna y a los pasillos debido a la gran afluencia de informadores que se prevé, ya que en convocatorias anteriores superaron los 400.
También se ha dispuesto otra sala para los ocho intérpretes del lenguaje de signos, que se turnarán durante los dos días.
Listo está igualmente el amplio dispositivo de seguridad, y, de hecho, ya han sido precintadas las alcantarillas de la Carrera de San Jerónimo, donde está la sede parlamentaria, y las calles adyacentes, una zona que durante los dos días de debate permanecerá cortada hasta el final de la sesión.
El vigésimo debate de política general de la historia de la democracia -el primero tuvo lugar el 20 y 21 de septiembre de 1983- contará, entre otros invitados, con el presidente del Senado, Javier Rojo.
Prácticamente está ya todo a punto para que lo que rodea al debate del estado de la Nación sea perfecto, o “casi”, cuando el Palacio de las Cortes abra hoy sus puertas. Otra cosa serán los discursos de los políticos.