El equipo técnico contratado por la Diputación de Cádiz ha recuperado los restos de 49 personas en las fosas que se ocultaban bajo el antiguo cementerio de Benamahoma, en el municipio de Grazalema.
Según ha informado el organismo provincial en un comunicado, de momento son 13 las fosas en la que ha intervenido el equipo científico que coordina el arqueólogo e historiador Jesús Román y el que se integran el antropólogo forense Juan Manuel Guijo, Raquel Lacalle y Antonio Domínguez. Entre las osamentas se encuentran los restos de tres mujeres y de un adolescente de unos 16 años, si bien predominan los individuos de entre 25 y 45 años de edad.
Estos datos han sido referidos a una delegación del servicio de Memoria Histórica y Democrática de la Diputación de Cádiz -compuesta por Agustín Almagro, Felipe Barbosa y el coordinador del Aula Itinerante, Santiago Moreno- junto al alcalde de Grazalema, Carlos García Ramírez.
Las tareas de exhumación encaran su recta final y continuarán previsiblemente hasta final de octubre. Cuando culmine esta intervención el equipo arqueológico se trasladará a la finca de Monte Abajo, también en Grazalema, con el objetivo de localizar y abrir una nueva fosa.
Los restos recuperados en el antiguo cementerio de Benamahoma, y sobre el que se asentó el Parque de la Memoria, confirman la tradición oral y los testimonios recabados en el procedimiento sumarísimo 1.098 del año 1940 incoado al cabo de la Guardia Civil Juan Vadillo.
Vadillo fue el comandante de un destacamento provisional que permaneció en Benamahoma hasta febrero de 1937. Dicho puesto se adhirió a la sublevación que, en julio de 1936, desencadenó la Guerra Civil española. En el citado procedimiento Vadillo fue declarado culpable de 17 asesinatos y fue expulsado del cuerpo, si bien la pena correspondiente se diluyó al enmarcarse la mayoría de los crímenes en la aplicación del bando de guerra.
En las diligencias se recogen declaraciones de falangistas que pertenecieron a la centuria 'Los Leones de Rota', liderada por Fernando Zamacola, y en las que se reconocen las tropelías perpetradas en Benamahoma, unos testimonios que admiten la comisión de entre 50 y 60 fusilamientos.
El trabajo de exhumación encargado por la Diputación de Cádiz permite constatar la veracidad de aquellas estimaciones y confirma que Benamahoma fue un lugar de ejecución en el que fueron asesinados no sólo vecinos de dicha aldea, sino también de diferentes poblaciones de la Sierra de Cádiz como El Bosque, Villamartín o Prado del Rey.
Los restos recuperados se trasladan a un almacén cedido por el Ayuntamiento donde se procede a una reconstrucción para determinar el sexo, la edad, las peculiaridades físicas o las denominadas lesiones 'peri mortem'.
Cuando concluya la exhumación comenzará la obtención de muestras de saliva -células epiteliales- a posibles descendientes de las víctimas. Esas muestras, junto a fragmentos de hueso de las personas exhumadas, se trasladarán al laboratorio de identificación genética de la Universidad de Granada donde se buscan las concordancias entre ambos ADN para verificar si hay vínculo familiar.