El presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla (FAS), Julián Borja, ha señalado este lunes la posibilidad de superar las 320.000 toneladas en la cosecha arrocera de este año en la provincia hispalense, que acaba de empezar y que se generalizará durante esta semana.
En declaraciones a Europa Press, Borja ha destacado que prevén llegar a los 9.000 ó 10.000 kilos por hectárea de media en las 36.000 hectáreas dedicadas a este cultivo en la provincia de Sevilla (unas 25.000 de grano largo y unas 11.000 de grano redondo). Así, ha señalado que la variedad de grano largo es "muy apreciada" en los mercados internacionales, sobre todo en Emiratos Árabes y en países exóticos.
No obstante, ha indicado que ha sido un año "muy difícil", por las bajas temperaturas del mes de mayo, pero que ha tenido su contrapunto en las temperaturas altas y constantes del verano. En este mismo sentido, también ha apuntado a las "importantes" limitaciones que tienen que hacer frente para combatir las plagas y las malas hierbas.
Los arroceros sevillanos han pedido una entrevista con la nueva consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, para además de felicitarla por su cargo explicarle estas limitaciones y la situación detallada del sector.
Por último, ha valorado el trabajo y la cordialidad del exconsejero del ramo Luis Planas y ha hecho hincapié en su trabajo ante la reforma de la Política Agraria Común (PAC), aunque esperan que Víboras realice un buen trabajo y "no echarlo en falta".
Cabe recordar que los arroceros sevillanos sufrieron en la campaña de 2007-2008 importantes pérdidas, que ellos estimaron alrededor de 24 millones de euros, por la reducción de la producción de sus cosechas en torno a las 62.000 toneladas como consecuencia de la elevada salinidad del río Guadalquivir.
Entonces la cosecha arrocera sevillana rondó las 118.000 toneladas, 62.000 toneladas menos que la campaña pasada, cuando se alcanzaron las 180.000 toneladas.
Asimismo, el sector viene reclamando desde hace años la modernización del sistema de regadío para sus arrozales, de manera que la producción no dependa del cauce principal del Guadalquivir, condicionado por las subidas y bajadas mareales y como forma de ahorrar agua.