Un interno de Sevilla I de origen africano, cuyas iniciales son K.T, clasificado en régimen de especial seguimiento "por su extrema peligrosidad", agredió a tres funcionarios "después de mantener retenida por el cuello a la jefa de Servicios", en el Departamento de Aislamiento del Centro Penitenciario, según el sindicato Acaip.
Según informa en una nota el sindicato, los hechos ocurrieron el viernes 14 de febrero cuando el interno, con antecedentes similares --según Acaip, en fechas recientes "agredió gravemente a una psicóloga del Centro Penitenciario de Morón"--, protagonizó el altercado cuando le fue notificado su inmediata conducción a otro centro penitenciario, y "sólo pudo ser reducido gracias a la eficaz intervención del resto de funcionarios".
Así las cosas, indica que todos los funcionarios agredidos, una vez recibida la correspondiente asistencia sanitaria por los servicios médicos del Centro, "se han podido reincorporar a sus labores profesionales".
Desde el sindicato Acaip, mayoritario en el sector penitenciario, han criticado las condiciones laborales que del colectivo de trabajadores penitenciarios "a las que a la permanente falta de recursos humanos y materiales se le une una serie de problemáticas que redundan en su progresivo empeoramiento".
En este sentido ha considerado que desde el ámbito judicial "existe una falta de respuesta necesaria a las continuas agresiones sufridas". Dicha circunstancia, en la que los procedimientos penales suelen acabar con escasas multas o en causas archivadas, a su juicio, "incide en convertir a los trabajadores penitenciarios en blancos fáciles de un número cada vez mayor de internos con graves patologías y de especial peligrosidad".
Además, lamenta que desde la actual Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, ante la "gravedad de estas reiteradas agresiones", "existe una falta de respuesta inmediata en la protección adecuada de sus trabajadores trasladando a la opinión pública la idea de que son pequeñas adversidades rutinarias en la actividad profesional desarrollada en las prisiones".
Esta valoración a la que se refiere el sindicato es, en su opinión, "una muestra más de insensibilidad ante la realidad diaria de la labor que se desarrolla en los dentros penitenciarios y que puede enmarcarse dentro del contexto general de persecución al trabajador público".