El número 1 y la Ética

Publicado: 12/09/2018
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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Más allá de si el mensaje lo haya creado o no Al-Juarismi, la claridad, la sencillez y la profundidad del mismo es innegable
Va rodando por las redes un texto atribuido a Al-Juarismi, Matemático, geógrafo y astrónomo de una talla intelectual extraordinaria, que vivió entre los años 780 y el 850 de nuestra era, en oriente y del que tenemos conocimiento por los textos que viajaron a través del tiempo influyendo la cultura occidental durante más de siete siglos. Este científico tenía un nombre largo: Abu Abdallah Muḥammad ibn Musa. Adoptó el nombre de Al-Khwarizmi, en referencia a la zona de Asia Central donde nació, y castellanizado pasó al español como Al-Juarismi,

Se le considera el iniciador del Algebra, parte de la matemática que abrió el camino de las conocidas ecuaciones para la resolución de problemas. Tal es su influencia que hasta la lengua española contiene dos palabras directamente relacionadas con su nombre: guarismo y algoritmo. La escuela de traductores de Toledo permitió que occidente pudiera acceder a los conocimientos encerrados en sus obras escritas en árabe, entre ellos el sistema de numeración hindú arábigo y su tratado del álgebra que estuvo en uso en las universidades europeas siete siglos después de que se escribiera.

El texto que va rodando por las redes  no es matemático, aunque contiene guarismos, números. Sea  original de Al-Juarismi o no lo sea, trasmite con sencillez una profunda convicción. A la pregunta que le hacen, sobre el valor del ser humano, este responde: “Si tiene ética entonces su valor es igual a 1(uno). Si además es inteligente, agréguele un cero y su valor será igual a 10. Si también es rico, añádale otro cero y su valor será de 100. Si además tiene bello aspecto, agréguele otro cero y su valor será igual a 1000. Pero si pierde el 1(uno), que corresponde a la ética, perderá todo su valor, pues solamente le quedarán los ceros. Así de sencillo: Sin valores éticos, ni principios sólidos, lo único que queda son delincuentes, corruptos y personas que no valen nada“

Los textos atribuidos a personalidades de la talla de este científico pueden ser “anónimos” o huérfanos suelen presentarse de esta forma para que los lectores les presten mayor valor. En muchas ocasiones es imposible contrastar la autoría de estos textos, ya que no se cita la fuente de donde se extrajeron. Por otra parte palabras utilizadas en estos textos “apócrifos” (apó=lejos Kryptein= ocultar), es decir falsamente atribuidos, ni siquiera se habían forjado en esos tiempos tan antiguos, en que se supone se escribieron, al igual que construcción de las frases indican una confección reciente de los textos.

Más allá de si el mensaje lo haya creado o no Al-Juarismi, la claridad, la sencillez y la profundidad del mismo es innegable y por tanto viene a colación aquello de “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Agamenón: —Conforme. El porquero: —No me convence.” que escribiera Antonio Machado, en su Juan de Mairena.

Fdo Rafael Fenoy

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