Aprovecho la nueva oportunidad que me brinda este periódico, donde la imaginación de mi compañero y amigo hace posible que pueda expresarme con libertad, a pesar de cambios climáticos, dislates negacionistas, batiburrillos políticos y perniciosa virulencia. Animando y admirando a los sanitarios que son los que verdaderamente nos prestan la mejor ayuda en este descontrolado, convulso y polémico mundo, quiero dar las gracias a todos los que han colaborado para que se apruebe la Ley 17/2021 de 15 de diciembre, que entró en vigor el 5 de enero de 2022, donde se establece que los animales somos seres vivos dotados de sensibilidad y dejamos de ser cosas a efectos jurídicos.
Se nos otorgará el D.N.I. animal, como a un miembro más de la familia. Todavía recuerdo cuando me introdujeron un chip, como hacen con los humanos en las pelis de ciencia ficción. ¡Ah!, y olvidaros de practicar mutilaciones, que no vea lo que me duelen las patas de atrás cada vez que quiero mover el rabito para saludar a un colega. Y nada de castrarnos como a los eunucos, que lo nuestro no es la ópera. Aunque no es mi caso, porque las ‘levanteras’ matrimoniales de Encarna y Manuel no pasa de dos flechas, sólo me preocupa que, en caso de divorcio, sean los de togas y birretes quienes otorguen las custodias, sin contar con nuestros ladridos y carantoñas a la hora de escoger al cónyugue que deseamos. Por lo demás, seremos beneficiarios de los derechos que merecemos, por ser el mejor amigo, aliviar depresiones, aumentar la felicidad, reforzar la autoestima, reducir el estrés y mejorar vuestra forma física.
Qué más quisiera que esos animales enjaulados en cárceles de aburrimiento y soledad, objetos de exhibiciones y privados de espacios suficientes, según su naturaleza, para a poder correr, volar, nadar..., obtuvieran estos beneficios. Es por lo que sentí inusitada alegría al saber que se prohíben exhibición y atracciones circenses con animales. Ya me gustaría que estas mismas disposiciones pudieran aplicarse en deportes con animales o festejos taurinos, donde muchos congéneres son maltratados sin consideración.
Puede que en algunos sectores esta ley no sea de su agrado, sobre todo, en aquellos que carecen de sensibilidad y cariño, que incluso manifiestan su repulsa contra otras personas por razones de ideología, raza o religión. Y mientras unos y otros utilizan animales para sus campañas electorales, no valoran que el corazón de un cerdo haya reemplazado un corazón humano ¡Anda y que les den…!
¡Si pudieran ver lo felices que son Manuel y Lucía cuando juegan conmigo! Muy tarde ha descubierto sicólogos y pedagogos la beneficiosa terapia que aportamos a niños y personas que tienen problemas de adaptación… Nosotros amamos la vida sin ningún tipo de cortapisa. Y lo que algunos de ustedes reconoce como defectos o enfermedades raras, para nosotros son dones especiales capaces de captar los sentimientos más puros de ser humano que, por desgracia habéis olvidado. Normal que encuentren en nosotros la relajación que necesitan, porque en todo momento les demostramos nuestro cariño de manera natural y sencilla.
