“Llevamos viniendo al Gran Premio desde que Jeré es Jeré. No sé, ¿desde el 87 puede ser?Yo solo te puedo decir que solo he faltado un año, que fue en 2008 cuando nació mi hijo”. Con ese acento, no Juanmi Sánchez no podría ser de otro sitio que no fuera Granada. Le acompañan otros siete amigos más a los que el despiste de uno de ellos les ha jugado una mala pasada que han terminado pagando todos. “Me he quedado sin gasolina; le dejé la moto a mi mujer y di por hecho que tendría para llegar. ¿Tú ves eso normal?Vamos que casi rompo la moto”, relata resignado entre una cuadrilla que rebosa buen rollo a pesar de todo.
"Perdimos a uno de los nuestros en un accidente en Écija y todos los años cuando bajamos le ponemos una corona para recordarle"
Prefieren no echar cuentas en lo que se van a gastar, pero en la “partida” de alojamiento han triunfado porque se han “pillado” un piso por menos de 500 euros para el el fin de semana, con lo que calculan que se gastaran unos 500 euros por cabeza, con la entrada para ir a ver a las carreras incluida. Este año les toca alojarse en Jerez, pero normalmente suelen ir cambiando y también se quedan en Chipiona y El Puerto. “50 euros será para comer y el resto para beber”, bromea otro de ellos casi arrepintiéndose luego de lo que acaba de decir.
La temporada “salvaje”
En la categoría de veteranos también están los moteros José, Enrique y Tomás, de Tarragona. Ha llovido mucho pero no se olvidan del primer año que vinieron a Jerez y durmieron en una tienda de campaña “en una rotonda del circuito”. Desde entonces han pasado 23 años, y echando la vista atrás no pueden evitar sentir un poco de nostalgia de la temporada “salvaje” de la motorada en Jerez. “Yo he vivido la época buena. Me tuve que esconder porque los antidisturbios estaban lanzando bolas con las pistolas en la avenida de Europa; hemos llegado a ver hasta a un tractor haciendo caballitos en la avenida Álvaro Domecq. ¡Un tractor! ¿Te lo puedes creer?Esto era una ciudad sin ley, pero también es verdad que había mucho descerebrado, nosotros somos más de los que cuidamos la moto, que es la que nos trae y con la que viajamos por todo el mundo, por tanto no le vamos a dar acelerones ni le vamos a quemar ruedas; a nosotros nos gusta ver a la gente”, explican.
En su caso, su escapada a Jerez son unas “minivacaciones”. Se alojan en un piso de Chipiona desde el martes, localidad en la que se quedan cada año “porque ya nos hemos acostumbrado a estar allí”, y tienen previsto gastarse unos 1.000 euros por cabeza. Desde Chipiona se mueven a Tarifa, El Puerto, el Circuito... ¿Cómo serán entonces unas vacaciones para estos amigos? Ellos se ríen. “Nosotros viajamos por todo el mundo con la moto; vamos a Noruega, Finlandia, Suecia. Pero, te digo una cosa, he estado en Assen (Holanda) y el ambiente que hay aquí no lo hay allí, Jerez sí es la Catedral del Motociclismo”.
Solo hay un momento de la conversación en el que esta hermandad se pone seria y es para narrar un triste capítulpo. Perdieron a su amigo en un accidente de moto en 2004 a la altura de Écija cuando venían para el Gran Premio. Desde entonces, saben que por mucho que se les compliquen las cosas, su cita con Jerez es obligada, porque, de alguna forma, es como un ritual, como volver a recordarle y decirle que aunque no esté físicamente también formará parte de esta expedición a Jerez. “Es que ya no podemos dejarlo. Desde que pasó, todos los años cuando bajamos le colocamos una corona de flores”, señalan.
En el otro extremo están David y Pedro, dos estudiantes de Badajoz de 19 y 21 años, que este año por primera vez han hecho el trayecto en moto para venirse a Jerez. Para David es su tercer año, pero el primero en el que viene con su moto. “Hemos tardado cuatro horas y algo. Empezamos en autopista pero era muy aburrido y nos pasamos a la nacional”. Tienen la ventaja de que un amigo suyo estudia en Jerez, y su piso está muy cerca de la avenida, con lo que el alojamiento se lo ahorran.
La clave: vivir el ambiente
Este año no irán a las carreras de este domingo, aunque sí al Circuito para ver el ambiente, porque han preferido administrarse el presupuesto para la gasolina y visitar otras localidades de la provincia. “Vamos a ir a Chipiona, Valdelagrana...y también vamos a estar por aquí por esta ciudad para ver la exhibición Freestyte y estar en la zona de la avenida Álvaro Domecq”. Los veteranos, los novatos...los moteros que vienen en familia, pero, claro está, “es otro rollo diferente porque venimos con niños pequeños”, señala Marta, una madrileña de 40 años, que regresa a Jerez con su marido, y dos mellizos de cinco años. “Nos quedamos en un hotel, vemos las carreras el domingo, vamos a comer por Jerez y la provincia, per tienes otro chip y también lo disfrutas, aunque de otra manera, porque por las noches toca estar recogidos”, indica.
¿Cómo viven estos días los jerezanos?Hay de todo. Los hay que ponen tierra de por medio y prefieren irse de fin de semana para evitar “lidiar” con las dos ruedas, los que se lo toman con calma “porque la semana que viene es Feria y no podemos gastar mucho”, señala otro chico, y los que como la joven estudiante Belén Molina, lo viven intensamente desde el mismo miércoles, sin perderse ni una sola actividad de la programación elaborada por El Motorista, el Circuito y el Ayuntamiento. No tiene moto, pero la tendrá. Estuvo en el encuentro de Ángel Nieto, Álvaro Bautista y Álex Ríos de El Villamarta, en el convoy motero del jueves -de donde, por cierto, salió bastante enfadada por la ausencia de Marc Márquez en contra de lo que se había anunciado, y en la firma de Alex Márquez en Canterbury, en la del equipo de Valentino, en la exhibición de Freestyle de ayer en la avenida..y hoy, por supuesto, estará en el Circuito.
