“Hamas ha ahondado la brecha que nos separa”, afirmó en alusión a que la organización islamista impidió salir de Gaza a 350 miembros de Al Fatah que iban a representar a la franja en la conferencia, que tendrá lugar por tres días en la ciudad cisjordana de Belén.
Abas dirigió a esos compromisarios el mensaje de “no os preocupéis, estáis en nuestro corazón y os sacaremos de Gaza”, que sirvió de entrada a un discurso de dos horas que dedicó a victimizar a la formación nacionalista y defender su línea de moderación.
“Desde el inicio levantamos sospechas” aseguró, antes de repasar la trayectoria de su movimiento, que a lo largo de medio siglo de existencia, dijo, fue “incomprendido”, tanto cuando practicaba la lucha armada como en la actualidad, que apuesta por el diálogo.
Tras recordar que “rechazamos todo tipo de terrorismo desde 1998” –año en que Al Fatah reconoció el derecho a existir del Estado de Israel–, equiparó a “un negociador y un miliciano” porque, explicó, los dos tienen como misión “la lucha por la libertad”.
Reiteró su postura de negociar una salida al conflicto con Israel “mientras haya alguna posibilidad” aunque matizó que en caso de que “esa opción estratégica” fracase “nos reservamos el derecho a la resistencia”, con lo que arrancó la mayor ovación de la sesión. Abas se cuidó, no obstante, de calificar de “armada” esa “resistencia”, que dio a entender que sería de carácter civil.
Precisó que se produciría “bajo las leyes internacionales”.
La referencia a la “resistencia” es habitual en las reuniones de los grupos políticos palestinos pero no pasa de marginal en el borrador de la declaración final de la conferencia, que subraya los aspectos políticos del conflicto con el Estado judío.
De 41 páginas, el texto hace hincapié en la necesidad de que Israel frene la construcción en sus colonias en suelo palestino como condición para reanudar el proceso negociador, en consonancia con la posición del presidente norteamericano, Barak Obama.
Aparte de aprobar la declaración final, los 2.200 compromisarios que asisten al encuentro renovaran la composición del Comité Central, de 21 miembros y máximo órgano del movimiento, y de la otra instancia principal, el Consejo Revolucionario, de 120 integrantes.
Primero que Al Fatah convoca en dos décadas y en territorio palestino ocupado por Israel, el congreso de Belén se celebra a puerta cerrada en una sala de conferencias situada al pie de la Basílica de la Natividad y en medio de grandes medidas de seguridad.
La cita se ha fijado el objetivo de que Al Fatah recupere la confianza mayoritaria de los palestinos, que tenía en vida de su histórico líder, Yaser Arafat, cuya muerte en 2004 supuso el principio del fin de la hegemonía del movimiento nacionalista.
Israel ve la reunión como un desafío
El ministro israelí de Información, Yuli Edelstein, considera la Sexta Conferencia de Al-Fatah una “declaración de guerra” a su país porque deja abierta la opción de la lucha armada.
“No debemos actuar como si no hubiéramos oído. Debemos abandonar el círculo de ilusiones de que estos (Al-Fatah) son moderados que quieren la paz. Dicen explícitamente que apoyan continuar con la lucha armada”, dijo Edelstein.
El ministro se refería a las palabras del presidente palestino y líder de Al-Fatah, Mahmud Abas, en la apertura de la conferencia: “Aunque nuestra elección es la paz, nos reservamos el derecho a la resistencia, legítima según el derecho internacional”.