Cuando el sustantivo precede al adjetivo, suele entenderse que dentro de las oposiciones se generan controversias. Pero cuando el adjetivo precede al nombre, lo que se afirma es que son las oposiciones el asunto de controversia. ¿Y esto a qué viene? En Archidona, este sábado 24 de marzo, se ha celebrado una magna asamblea de profesorado interino, con la presencia de CGT, junto a otro sindicato, convocantes de la huelga de dos semanas recién finalizada. Y el objeto de la misma era definir desde el colectivo de las personas docentes interinas, qué hacer, a partir del día 2 de abril, cuando se inicia el último trimestre del presente curso. Curso de pasión, que no apasionante, para decenas de miles de interinos.
El objetivo sigue siendo evitar los despidos de quienes vienen desempeñando sus tareas, como ha reconocido la propia Consejera de Educación andaluza Srª Gaya, con solvencia y tino. Utilizando esta señora la convocatoria de oposiciones para despedir a casi 5000 trabajadores de le enseñanza pública. Paradójico cuando ella, no ha mucho profesora interina, parece ser anduvo corta en eso de las oposiciones aprobadas con ayudas, que ahora niega a este personal interino.
Viendo venir la catástrofe se produjo un debate intenso sobre paralizar, atrasar, suspender, impugnar las oposiciones. Sin que al final se concretara impugnación alguna por parte de sindicatos asistentes. Y es que la impugnación de las oposiciones, además de ser cuestionadas como procedimiento de selección de personal, introducen elementos a considerar nada fútiles, como por ejemplo: la sutil, pero nefasta, orientación de las políticas neoliberales hacia la laboralización y previsible externalización de la docencia. Amén de los condicionantes de carácter jurídico que no ayudan a aclarar la propia eficacia de la impugnación de la convocatoria para paralizarla, así como el nulo caso que la justicia hace de las medidas cautelares, suspensión por ejemplo, de la misma. Pero añadida a esta controversia tampoco el colectivo de personas interinas muestran un frente común con respecto a la suspensión o impugnación de las oposiciones, con lo cual resolver, con un sí o con un no, fragmentaría la lucha iniciada para conseguir sólo, y nada menos, que el mantenimiento del trabajo, bien escasísimo en estos tiempos y único patrimonio para gentes trabajadoras.
Este y no otro es el elemento que une esta amalgama de voluntades y que a fuerza de establecer grupos y subgrupos, por parte de la Junta de Andalucía, con la inestimable ayuda de las empresas sindicales, acaba desuniendo a un colectivo que comparte una aspiración común: Déjennos al menos seguir trabajando e inmediatamente abordar la fórmula para el acceso a los cuerpos docentes de este amplísimo colectivo. Para conseguir negociar uno y otro asunto es imprescindible la unidad de todo el colectivo y el apoyo de toda la comunidad educativa. Porque estabilidad es calidad.
Fdo Rafael Fenoy Rico