En declaraciones divulgadas por la agencia de noticias estatal Irna, el responsable agregó que la República Islámica busca también ampliar sus actividades en este terreno a través de la cooperación con otros países.
"Nuestra intención es introducirnos en el mercado mundial de materiales y servicios nucleares. Queremos exportarlos a otros países para así conseguir una posición en el mercado y rentabilizar nuestros productos", afirmó.
A este respecto, insistió en que lo más recomendable para su país es "compartir el trabajo nuclear con otros estados en el terreno nuclear".
El programa nuclear iraní es objeto de una gran controversia internacional, ya que las grandes potencias sospechan que bajo su proyecto civil se esconde otro de naturaleza clandestina y ambición bélica cuyo objetivo sería adquirir armas atómicas, alegación que Teherán refuta.
Por ello, el Consejo de Seguridad de la ONU ha impuesto una serie de sanciones económicas y financieras al régimen iraní, al que se acusa de no colaborar lo suficiente con el Organismo Internacional de la Energía Atómica como para poder desechar del todo las dudas.
Naciones Unidas ha prohibido, además, a todos los estados del mundo transferir a Irán tecnología y materiales que puedan ser utilizados en la industria atómica.