Según explicó el Instituto Armado, la investigación se inició tras personarse en el puesto auxiliar de Bornos el hijo del propietario de una explotación ganadera para interponer una denuncia en la que manifestaba que su padre, al hacer el recuento del ganado, pudo comprobar que le faltaban 61 cabezas de vacuno entre vacas, becerros y toros, y que su valoración podría rondar aproximadamente los 24.000 euros.
La explotación ganadera en cuestión posee un seguro que cubre este tipo de hechos, lo que llevó a los agentes de la Guardia Civil a iniciar gestiones encaminadas al esclarecimiento de los hechos. Tras una inspección en los terrenos de la finca hallaron numerosos huesos de cadáveres de reses semienterradas en estado de descomposición, careciendo todas ellas de número de identificación.
Continuando con la inspección ocular en el lugar, los agentes encontraron en dos reses semienterradas dos de esos números de identificación, correspondientes a dos vacas que ya habían sido denunciadas cómo sustraídas.
De las investigaciones se desprende que el denunciante junto al guarda de la finca habían ocultado los cadáveres de numerosas reses muertas el invierno pasado por inanición y enfermedades.
Por tales hechos L.C.B.G. de 54 años de edad, vecino de Sevilla, y C. R. B. de 64 años, vecino de Bornos, fueron detenidos como presuntos autores de un delito de “simulación de delito”.