Los voluntarios del comedor social de la parroquia de Belén y San Roque de la capital han puesto en marcha el proyecto 'huchas solidarias', que tiene la seña de identidad de Alex, el joven de 25 años que falleció a finales del año pasado y cuya hucha, con sus ahorros, fue donada por sus padres al comedor para comprar productos alimentarios.
Ahora, los padres de Alex se han puesto en contacto con el comedor y han planteado a sus voluntarios el proyecto de las 'huchas solidarias' o 'calderilla solidaria', que se ha puesto en marcha esta semana con el fin de repartirlas por aulas de centros de enseñanza, de catequesis y hospitales para recoger la calderilla que nadie quiere y llenar 250 huchas.
Según Antonio Ángel Rodríguez, voluntario responsable de difusión del comedor de la parroquia, la idea es “sumar la colaboración de los niños, hacerlos partícipes de un proyecto solidario con el que muchos pocos son un mucho”.
En la actualidad los voluntarios se están llevando las huchas del comedor, de donde se pueden recoger en horario de 10 a 13 horas y de 17 a 20 horas. En breve se hará un listado con los lugares en los que se han depositado con el fin de llenarla de céntimos y cualquier otra moneda con la que el depositario quiera ayudar al comedor de San Roque. Cada dos meses se irán recogiendo y los voluntarios cambiarán las monedas y contabilizarán la recaudación, para ir sumando capital y pagar otros gastos del comedor como cubertería, guantes, bombonas o material de limpieza.
El comedor abrió sus puertas el 1 de junio de 2009 y desde entonces no ha dejado de atender las necesidades alimenticias de jienenses e inmigrantes.
La mayor afluencia de personas en el comedor se produce desde el mes de noviembre, con la llegada masiva de inmigrantes para la campaña de recolección de la aceituna. Actualmente atienden a 200 personas, de las que 120 residen en la ciudad y 80 ocupan el comedor. Como voluntarios trabajan en torno a 30 personas, aunque en las fechas con mayor afluencia de personas necesitadas han ayudado hasta cincuenta voluntarios.
Huchas personalizadas
n n La iniciativa partió de los padres de Alex y fue una voluntaria del comedor de la parroquia la que se encargó de comprar las huchas y diseñar las letras con las que se han personalizado para entregarlas y recoger la calderilla solidaria de los más pequeños y de todos los que quieran colaborar.
Las donaciones harán posible adquirir no sólo productos alimenticios, sino también otros necesarios para el correcto funcionamiento de unas instalaciones en las que se ha dado de comer a más de trescientas personas a finales del año pasado, coincidiendo con la recolección de la aceituna.