Y el Sr Alcalde da la palabra al portavoz del grupo político correspondiente, para que exponga la moción presentada. Una vez finalizada su exposición, el Sr Alcalde pregunta al plenario si alguno de las personas presentes, en calidad de concejales, desean intervenir. Es curioso pero sólo los portavoces de los grupos municipales o las concejalas no adscritas piden la palabra. Podría parecer que cualquier edil podría hacerlo, pero como todo está hablado, en el seno de cada grupo político, para que decir nada. Que lo diga la persona que asume la portavocía.
Y hasta aquí todo transcurre con normalidad “democrática”, es decir, una persona lee, o habla, fijando la posición de su grupo político, y el resto del concejo, con alguna excepción, se dedica a mirar sus teléfonos, sus wassaps, su Tablet o sus notas manuscritas. Eso sí, entre el público una especie de “clac” está atenta a que con su partido político nadie se meta. Por ejemplo, una de las portavoces trajo a colación algo forzada, eso sí, la figura de la presidenta Cifuentes y se arremolinó un murmullo desaprobatorio, pudiéndose oír aquello de -¡ya estaban tardando! Una vez que cada portavocía hubo acabado, siguiendo el riguroso orden establecido por el Sr Alcalde, proceden las respuestas a ellas, por parte de quien inició la ronda presentando la moción. Después, a petición del SR Alcalde, se procedía a votar a mano alzada quien aprueba, quien disiente y quien se abstiene.
Cuando una moción requiere las intervenciones de los gobiernos, andaluz, véase socialista, o del estatal, véase popular, las manos alzadas, en un sí o un no, se alinean con rigurosa disciplina. No obstante en el último pleno del ayuntamiento de Algeciras, al menos en tres ocasiones, y dentro del punto de apoyo a los interinos docentes, los bancos situados a la derecha del Sr Alcalde se hicieron un lio, llegando al extremo de que el Sr Alcalde ante la “debacle” y confusión del grupo popular, los miraba con aire desaprobatorio, de suerte que ese simple gesto producía en todo el grupo popular la respuesta requerida a lo que se votaba.
Una verdadera sorpresa, el contemplar como 14 personas de un mismo partido manifestaban distintas posiciones ante lo que se votaba. Y es que para justificar este formal disenso basta con afirmar que las propuestas recogidas en las mociones eran especialmente rebuscadas. Al final no quedó nada claro que el grupo popular quisiera apoyar las justas reivindicaciones del personal interino en educación. Si quedó evidente que en todo lo que suponga criticar al gobierno socialista de la Junta de Andalucía, en el grupo popular lo tienen más que claro.
Fdo Rafael Fenoy Rico